El estrés, la falta de sueño, la falta de ejercicio y una alimentación inadecuada, son algunos factores debilitan tu sistema inmunitario. Estos consejos te serán de mucha utilidad.
La dieta para reforzar tus defensas debe incluir diariamente alimentos que contengan las siguientes vitaminas:
Vitamina A: Juega un importante papel sobre las infecciones y en el mantenimiento de las mucosas del organismo. Esta vitamina se encuentra en: zanahorias, espinacas, perejil, mantequilla, boniatos, aceite de soja, atún y bonito fresco y congelado, quesos y huevos.
Vitamina C: Incluye en tu dieta frutas y verduras ricas en vitamina C, como la piña, kiwi, mango, melón, fresas, pimientos, tomates, etc. Un vaso de zumo de naranja es ideal para prevenir resfriados.
Vitamina E: Incluye aliños ricos en aceite de germen de trigo, de soja, de girasol y de oliva (virgen extra). También incluye un puñadito de frutos secos como avellanas, almendras o nueces, que además de ser energéticos, son ricos en ácidos grasos esenciales como los omega 3.
Ácido fólico: Si piensas que el ácido fólico sólo previene ciertas malformaciones durante el embarazo, no es así, también es importante para el sistema inmunitario, pues la deficiencia de éste, supone más anticuerpos en el organismo. Puedes encontrarlo en verduras de hojas verdes, legumbres, cereales de desayuno enriquecidos o hígado ricos en este nutriente.
Zinc y Selenio: también ciertos minerales como el zinc y el selenio, contribuyen a mantener las defensas a raya. El primero se encuentra en carnes, vísceras, pescados, semillas de calabaza; y el segundo en mariscos, cereales, huevos, frutas y verduras.
Hierro: Su aportación en el organismo repercute en un menor número de anticuerpos. Este mineral está relacionado con las anemias.
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