El mal negocio del Icetex

04.06.2012 21:00

 

Caída del dólar y crédito pactado en pesos hacen que la institución tenga que pagar casi $65 mil millones por encima de lo que le prestaron. Al año cancelan casi $32 mil millones en intereses. Icetex insiste que fue un buen negocio.

 

La deuda que el Icetex tiene desde 2008 con el Banco Mundial parece no haber sido tan buen negocio como lo quiere hacer ver la entidad. Una estrategia financiera, con la que querían blindar la deuda del vaivén del precio del dólar, resultó ser un remedio más caro que la enfermedad. Hoy, por US$173 millones que le prestaron entre 2008 y 2010, el Icetex debe pagar $372 mil millones, en vez de $307 mil millones al precio actual del dólar. Es decir, casi $65 mil millones más, sin contar con lo que representa el sobrecosto en intereses. 

Los indicios de este caso los puso en conocimiento un exfuncionario de la entidad, quien señaló que allí puede existir un posible detrimento, que, a mediano plazo, podría poner en riesgo las finanzas del Icetex. A pesar de esto, los directivos de la entidad defienden la transacción como algo necesario y que se “hizo bajo las mejores condiciones del mercado mundial, con los mejores plazos y garantías para la institución”. Sin embargo, al analizar las cifras de lo que pagan actualmente, la realidad es otra.

La historia del crédito con el Banco Mundial surgió como una necesidad de continuar con los créditos de Acceso a la Educación Superior (Acces) a largo plazo, que venían desde 2002, también con un préstamo con el mismo organismo multilateral. El Gobierno autorizó en 2007 que el Icetex consiguiera un préstamo con la banca multilateral hasta por US$500 millones. Gracias al respaldo la entidad de crédito estudiantil firmó en marzo de 2008 un convenio con el Banco Mundial, en el que se pactó que los recursos se entregarían en desembolsos parciales hasta 2013.

Como mecanismo para blindar supuestamente el crédito de los cambios en el precio del dólar, el Icetex y el Banco Mundial acordaron que la deuda sería fija en pesos, según el precio del dólar para el momento de la solicitud del desembolso. Además, se pactaron pagos semestrales de intereses y capital, específicamente los días 15 de abril y el 15 de octubre de cada año.

Bajo este esquema, el Icetex pidió cinco desembolsos: el primero en junio de 2008 por casi US$36 millones; el segundo en marzo de 2009, por US$33 millones; el tercero en septiembre de 2009, por US$23 millones; el cuarto en marzo de 2010, por casi US$40 millones, y el quinto en septiembre de 2010, por US$41 millones. En total, usó US$173 millones, del cupo aprobado por US$300 millones.

“El convenio se hizo bajo las mejores condiciones de mercado mundial, como lo determinó el Ministerio de Hacienda. Fue el primer crédito del Banco Mundial en pesos, condición favorable para evitar fluctuaciones de tasa de cambio y el único con un plazo de pago de 22 años, de los cuales los primeros seis son de gracia. También la más baja tasa de interés en los órdenes nacional e internacional. Es importante observar que estas condiciones del crédito son las que se ajustan al tipo de crédito que les ofrece el Icetex a sus beneficiarios”, respondió Édgar Fabio Díaz Ramírez, analista de la oficina asesora de Planeación.

Pagando más

Y aunque la estrategia financiera de blindar el crédito de la variación del precio del dólar es algo válido y aprobado por el Ministerio de Hacienda, parece que la medida elegida por el funcionario de turno se tomó sin un estudio tan sesudo como ameritaba la multimillonaria transacción que estaba haciendo el Icetex, algo que se puede concluir especialmente al analizar las condiciones del primer desembolso.

A pesar de que para junio de 2008 el dólar cumplía cinco años consecutivos bajando de precio y para entonces se cotizaba en promedio a $1.728, el Icetex se comprometió a pagarle al Banco Mundial $2.577 por cada dólar prestado, lo que equivale a un sobrecosto de casi $850 más que la tasa de cambio vigente para ese momento. Fue así como por el primer desembolso de US$36 millones, la entidad colombiana recibió en sus cuentas $61.500 millones y se comprometió a pagar casi $92 mil millones. Casi $30 mil millones más.

Aunque el Icetex trató de desmentir la situación a través de la respuesta a un derecho de petición que le envió este diario, en la que decía que por el primer desembolso estaban pagando sólo $62 mil millones, hay documentos que dicen lo contrario. Por ejemplo, el comprobante de pago de intereses del crédito del Banco Mundial que expidió el pasado 18 de abril la oficina de Contabilidad del Icetex y al que tuvo acceso El Espectador, ratifica que por el primer desembolso tienen registrada una deuda por $92 mil millones.

Dicha liquidación revela una situación más compleja con el pago de intereses. Por esos $92 mil millones se está pagando una tasa promedio anual del 9%, lo que representa un pago cercano a los $8.200 millones cada año. Por este primer desembolso, el Icetex ya ha pagado a la fecha alrededor de US$17 millones sólo en intereses. Esta cifra contrasta con la que hubiera pagado si la deuda realmente fuera $62 mil millones, pues al hacer el cálculo hubiera pagado a la fecha US$11 millones, US$6 millones menos en intereses.

Para dejarlo más claro, en los primeros cuatro años de gracia que le dio el Banco Mundial al Icetex, por el primer desembolso, la institución ya le ha pagado al Banco sólo en intereses casi la mitad del capital, sin contar que sólo hasta 2014 se empezará a cancelar realmente la deuda, obligación que se extenderá hasta 2030. Así las cosas, a pesar de que el Icetex dice que es el mejor crédito por haber sido fijado en pesos, a la mejor tasa de intereses en el mercado, quien ha perdido por punta y punta es la institución.

Los otros desembolsos

Sin embargo, parece que tras el error que se cometió con ese primer desembolso del Banco Mundial, en el Icetex intentaron corregir la situación para los cuatro desembolsos posteriores. En esa oportunidad se acordó pagar por dólar prestado una cifra más cercana a la que se pagaba en el mercado para la fecha en la que el Banco Mundial le giró el dinero al Icetex. Aunque la diferencia es de apenas unos pesos, en cifras multimillonarias como las que le prestaron al Icetex, la pérdida para la entidad de crédito estudiantil sigue siendo considerable, ya que acá también se registra un sobrecosto de capital cercano a los $4 mil millones, situación que igual tiene efecto en los intereses.

Tomando las cifras de referencia que entregó el Icetex en la respuesta al derecho de petición sobre los desembolsos, tasa de cambio y valor en pesos, comparada con la liquidación que hacen cada seis meses para el pago de la cuota al Banco Mundial, se observa que al año la entidad de educación superior paga $32.000 millones en intereses, casi $3 mil millones más de lo que debería pagar si aplicara el actual precio del dólar.

“El Icetex tiene la facultad para elegir el mecanismo de conversión, pero tuvo que analizar mejor las condiciones del mercado para evitar el detrimento patrimonial. Al analizar las operaciones de cobertura, parece que fueron mal seleccionados y muy costosos para la entidad. Está pagando más por la deuda con cobertura que sin ella”, dijo el exfuncionario de la entidad.

El denunciante criticó, además, que los préstamos que hizo entre 2010 y 2011 aparentemente no eran necesarios. “Lo más grave es que el dinero que no gastaron de su presupuesto, gracias al crédito con el Banco Mundial, lo invirtieron en fondos de inversión en el que ganan menos intereses (5%) de los que le tienen que pagar al Banco Mundial (en promedio 8%). Ahí puede existir otro detrimento patrimonial”, agregó.

Por ahora, la denuncia frente a esta situación con los créditos del Banco Mundial y el Icetex quedó en manos de la Contraloría a través de una denuncia, en la que tendrán que entrar a definir si realmente fue el buen negocio que señala el Icetex o el posible detrimento que denunció el exfuncionario por hacer una mala maniobra financiera que hoy genera sobrecostos cercanos a los $70 mil millones, con los que podrían estudiar gratis centenares de jóvenes colombianos.

 

elespectador.com